domingo, 29 de abril de 2007

Las estrategias de Lectura: su utilización en el aula

En el campo del conocimiento, las estrategias cognitivas se definen como planes o programas estructurados para lograr un determinado objetivo; o como diría Valls (citado por Solé 1992) "las estrategias son sospechas inteligentes aunque arriesgadas, acerca del camino más adecuado que hay que tomar" (p.69).

Por su parte, las estrategias tienen características como:
*Autodirección: existencias de un objetivo y la conciencia de que ese objetivo existe;
*El autocontrol: la supervisión y evaluación del propio comportamiento en función de los objetivos que lo guían; y
*Flexibilidad: la posibilidad de imprimirle modificaciones al comportamiento cuando sea necesario.

En el proceso de lectura se utilizan estrategias y al ser utilizadas deben reunir con las condiciones anteriormente dichas. Estas estrategias unidas con experiencias previas y la competencias lingüística permiten al lector construir el significado de la lectura. Meginite (1986) señala que el lector pueda derivar el significado debe emprender un proceso de construcción basado en la formulación y comprobación de hipótesis; por otra parte, Solé (1992) indica que el texto debe reunir ciertas condiciones como la claridad o coherencias de la información, que su estructura resulte familiar y conocida y que su léxico, su sintaxis y su cohesión interna tengan un nivel aceptable.

Los conocimientos previos caerca del tema forman parte de las condiciones necesarias para lograr la comprensión del texto, que le permita acceder al mismo para procesarlo y comprenderlo.




De acuerdo con Goodman (1986), una estretegia en el campo de la lectura es "un amplio esquema para obtener, evaluar y utilizar información (p.62). Existen diferentes clasificaciones de estrategias, unas señaladas por Goodman; entre las que se encuentran:

*Las de muestreo: ya que el texto provee índices redundantes que no son igualmente útiles, los lectores desarrollan estrategias de muestreo (sampling). Si los lectores utilizaran todos los índices disponibles, el aparato perceptivo estaría sobrecargado con información innecesaria, entonces el lector elige algunos de los que considera útiles, guiado por lecciones anteriores y por la utilización de estrategias basadas en esquemas que el lector desarrolla para las características del texto, las exigencias de la tarea y el significado.

*Predicción: el lector puede elaborar predicciones sobre lo que sigue en el texto juntanto las estrategias de muestreo, las experiencias y los conocimientos previos; y de esta manera lograr una construcción del significado. De ahí que la lectura puede considerarse como un proceso de elaboración y verficación de predicciones que llevarán al lector a la construcción de una imterpretación.

*La inferencia: permite al lector completar la información de que dispone en el texto, infiriendo lo que no está explícito en el mismo sobre personajes, objetos, tiempo, espacio, valores, preferencias del autores, entre otros aspectos. Para Goodman (1986); esta estrategias se utiliza para decidir sobre el antecedente de un pronombre, sobre la relación entre caracteres, las preferencias del autor; incluso puede utilizarse para decidir lo que el texto debería decir cuando hay un error de imprenta.

Las tres estrategias anteriormente mencionadas son básicas en la lectura, pero a veces el lector puede equivocarse, bien en la selección de claves gráficas, o en predicciones o incluso en las inferencias; de ahí que existen y son usadas por el lector, otras estrategias para confirmar o rechazar sus conclusiones previas; estas estrategias son:

*Confirmación: "las mismas señales que se usan para hacer predicciones e inferencias subsecuentes, sirven para confirmar las anteriores" (Goodman 1986, p.22).

*Corrección: si la tentativa de un significado no es aceptable, el lector tiende a regresar para buscar la inconsistencias y más claves gráficas que permitan reconsiderar la situación; algunas veces esto implica un repensar y elaborar una nueva hipótesis alternativa; entonces se está usando una estrategia de corrección.

Puede darse el caso de que el lector regresa a la lectura cuando no está comprendiendo lo que lee, entonces él puede esperar en esta nueva lectura construir un significado que se acerque al intentado por el autor, si esta nueva lectura no lo ayuda, entonces puede llegar a la conclusión de que carece del conocimiento previo, necesario para leer ese determinado texto. Si la elección es aceptable, el proceso de utilización de las estrategias se repite o se continúa.

Por otra parte, Solé (1996) clasifica las estrategias de acuerdo al propósito que guía al lector en su proceso de lectura, y establece los siguientes grupos:

1.- Estrategias que nos permiten dotarnos de objetivos previos de lectura y aportar a ella los conocimientos previos relevantes (p. 13). Cuando se enfrenta a una lectura, generalmente se hace con un objetivo definido, se ha planteado previamente el para qué y por qué se va a leer, y esto ayuda al lector a comprender la lectura. esta formulación de objetivos determina no sólo las estrategias que se utilizaran para conseguir el significado del texto, sino también el control que se va a ejerciendo sobre la lectura a medida que se avanza en la misma, descartando información que no es relevante para el objetivo planteado.

2.- Estrategias que nos permiten elaborar y probar inferencias de distinto tipo, también las que nos permiten evaluar la consistencias interna del texto y la posible discrepancia entre lo que el texto nos ofrece y lo que nosotros ya sabemos (p. 13). Entre estas estrategias está presente la predicción, así el lector anticipa lo que sigue y cuál será su significado. De esta forma el lector controla su propia comprensión verificando o rechazando sus predicciones, o sea, confirma y corrige de acuerdo a la coherencia que encuentra entre lo que da el tecto y lo que él ya conoce sobre el mismo.

3.- Estrategias dirigidas a resumir, sintetizar y extender el conocimiento que adquirimos mediante la lectura (p. 13). Si se lee con el propósito de aprender, como generalmente ocurre en la escuela, es necesario que el alumno esté muy claro del por qué y del para qué necesita aprender; lo que permite contextualizar la información recibida, elaborarla e internizarla para que pase a formar parte de los conocimientos que sobre determinada área se deben poseer.

Si analizamos las estrategias propuestas por Goodman (1986) y las propuestas por Solé (1996), podemos observar que las mismas no se excluyen, sino que por el contrario, unas están implícitas en las otras y se complementan en el acto de lectura.

En el modelo de "enseñanza recíproca" presentado por Polinesar (citado por Coll et al., 1990) para promover la comprensión de la lectura, presenta cuatro estrategias básicas que deben ser aprendidas en el aula a través de tareas realizadas conjuntamentes por el profesor y el alumnos:

1) Formular predicciones sobre lo que se va a leer, 2) plantearse preguntas sobre lo que se ha leído, 3) aclarar dudas o interpretaciones incorrectas, 4) resumir las ideas del texto (p. 451).

Por su parte Collins, Brown y Newman (citados por Coll et al., 1990) sugieren que desde una prespectiva constructivista, para lograr el aprendizaje de estas estrategias para la lectura, escritura y matemática, se debe prestar atención a cuatro factores:

1) Los contenidos programáticos (se debe buscar no sólo el conocimiento factual, conceptual y procedimental sino también las estrategias de heurística, de control y de aprendizaje que caracterizan el conocimiento de los expertos en este ámbito), 2) las estrategias de enseñanza (deben ser adecuadas a los intereses de los alumnos, a la naturaleza de los contenidos, a los propósitos con los cuales se enfrente la lectura para permitir obtener el conocimiento y practicarlo en un contexto de uso más real posible), 3) la secuencia de los contenidos (es recomendable seguir una secuencia que vaya de lo conocido a lo desconocido, de lo fácil a lo difícil, de lo concreto a lo abstracto, de lo simple a lo complejo para ir ampliando paulatinamente los conocimientos previos de los alumnos) y 4) la organización social de las actividades de aprendizaje (da la idea de adecuación que debe existir en las relaciones de cooperación y de colaboración entre los alumnos) (p. 451).

La utilización de las estrategias en el aula plantea un problema de orden conceptual para el docente; de su concepto acerca de las mismas va a depender la didáctica que emplee, para que el alumno adquiera y desarrolle y posteriormente haga un uso adecuado de ellas.

Lo que es indudable es que es importante la presencia de un docente como guía, que plantee preguntas antes de inciar la lectura, que dirija a sus alumnos en la formulación de hipótesis e inferencias, que enseñe a sus alumnos a confirmarlas o corregirlas, a discriminar representaciones gráficas del mismo, para que el proceso de comprensión y aprendizaje resulte fácil. Generalmente, se ha podido observar que los docentes se limitan a trabajar conjuntamente con sus alumnos sólo los textos narrativos en lo que se llama la hora de lectura; es preciso que se aborden otros textos que son los que la educación sistematizada ofrece a sus alumnos para la obtención de conocimientos (cmo los textos expositivos, descriptivos, causales, argumentativos, periodísticos, etc.) para que las estrategias sean transferidas a los alumnos.

Es recomendable que el profesor realice variadas actividades con sus alumnos de manera que ellos se familiaricen con las estrategias de lectura, aprendan a utilizar las claves relevantes de cada tipo de texto, para extraer del mismo información pertinente; no se enseñará la definición de cada estrategia, se planificarán y se llevarán a la práctiva actividades de lectura compartida en las que el alumno confronte con el profesor sus propias limitaciones, en las que el profesor de la oportunidad a los alumnos de equivocarse, volver a leer, replantearse preguntar, disentir, sólo de esta manera se logrará la formación de lectores autónomos, críticos y constructivos.


Peña González, J. (2000) Las estrategias de lectura: su utilización en el aula.

No hay comentarios: